Martes Santo


Carmona (Sevilla)
Ilustre Hermandad de la Sagrada Expiración de Cristo Señor Nuestro, María Santísima de los Dolores, María Santísima del Calvario, San Juan Evangelista y San Blas
Año de fundación:
1649
Sede canónica:
Iglesia de San Blas
Estación de penitencia:
Salida 18:00 – Carrera oficial 21:00 – Entrada 01:30
Acompañamiento desde 2025
Síntesis histórica:
Su fundación se remonta al año 1649 por un grupo de fieles del gremio de los taladores de olivos. El 15 de febrero de 1693 el Provisor del arzobispado de Sevilla, Fernando de Quesada, aprobó sus primeras reglas, en un informe emitido en 1693 por Juan Carmona Hidalgo, presbítero notario de la vicaría de Carmona, se le señaló por su antigüedad el miércoles para realizar las demandas a efectos de sufragar los sermones y las fiestas. Estas reglas fueron reformadas el 27 de febrero de 1778.
Con posterioridad el presbítero Miguel del Águila redactó una nueva modificación cuyo texto fue aprobado por el cabildo extraordinario de 19 de abril de 1813, siendo su Hermano Mayor Miguel García. El 22 de julio de ese mismo fueron aprobadas por la autoridad eclesiástica. Este último texto es el que se conserva en la actualidad para los actos públicos de Fe que realiza la Hermandad.
El 21 de febrero de 1894 se aprueba el Reglamento de régimen interno por S.E. Rvma. Cardenal Arzobispo M Doctor García Sarmiento. En fechas más recientes las reglas han sido reformadas para su actualización en los años 1981, 1987 y finalmente el 20 de junio de 2007 se aprobaron las reglas actualmente vigentes, actualizándose a los preceptos de la autoridad eclesiástica.
Desde su fundación se trató de una Hermandad de enterramiento, contando con un reglamente de 11 artículos donde se disponen las pautas a seguir para el ingreso, cantidades a abonar por los hermanos según la edad y mecanismo a seguir en caso de su fallecimiento. Esta idea se repite una y otra vez en la documentación de la Hermandad, tal y como lo puso de manifiesto a comienzos de este siglo el Hermano Mayor Manuel González Soberá, manifestando que la Hermandad siempre tuvo como objeto beneficioso para los hermanos que la constituyen el atender solo y exclusivamente a los gastos de enterramientos a medida que fallecen, sin otro fin de ninguna clase que tenga relación o intervención alguna con la iglesia. A través de un inventario realizado en 1929 conocemos ceremonial, prendas y utensilios con los que contaba la Hermandad para el entierro de sus hermanos: “Tendrá derecho a muñidor y tendrá una mesa de altar con frontal y dos colgaduras, mantel tapete blanco, dos candeleros, dos velas, un crucifijo, una tarima con su alfombra para poner el cadáver, cuatro hacheros negros, cuatro cirios. En la iglesia donde se celebre el funeral se pondrán seis hacheros con cirios y doce pobres le asistirán, un capataz, uno para la cruz, cuatro porteadores, el paño de dicha hermandad, caja, nicho y lápida, y doblará la campana de la Hermandad”. La Hermandad cuenta con una serie de recibos abonados por estos conceptos a distintas personas de la ciudad.
En la Hermandad se diferenciaban la sección de cofradía de la de enterramientos. A través de las memorias de los años 1954-1957 podemos apreciar un notable descenso de esta sección que anunciaba su inminente desaparición por falta de medios con los que hacer frente a los sepelios.
La Hermandad ocupa el cuarto donde habitaba el sacristán de la iglesia por medio de una cesión realizada por Antonio González Hernández, presbítero de la misma, para que guardara todos los enseres que tuviera en su poder.
La devoción a la Virgen de los Dolores debió ser bastante intensa, como lo pone de manifiesto el hecho de las mandas que en los testamentos se le reservaban a la titular de la Hermandad. Conocemos de forma puntual el testamento de una hermana, Rosario Sánchez, en el que manifiesta sus últimas voluntades sobre la disposición de su entierro, sepultura y misas, así como unas mandas gratificantes para la Hermandad: «Que su entierro sea general con misa fúnebre, cubrir la habitación con colgaduras alquiladas decentes, las tres misas del tránsito a cinco pesetas, las 30 de San Gregorio a 14 reales y 100 más a 12 reales. Además envía a 100 pobres de los comunes que se le den de limosna 3 reales a cada uno, amortajarla con ropa de su uso y dar además 2000 reales para la Virgen de los Dolores de San blas. La caja y lápida cada una por valor de 100 pesetas».
Esta Hermandad desaparece a mediados del siglo XIX, reorganizándose a fines del mismo siglo. En 1904, se hizo cargo de ella José María Fernández Jiménez en franco estado de decadencia, y con su buena administración y celo la sostuvo hasta el año 1932 en el que se hizo cargo de la secretaría Enrique González Rodríguez, llevando el peso de la Hermandad por la avanzada edad del Sr. Fernández Jiménez hasta que en 1935, formando Junta nueva entra de Hermano Mayor, asistido por un grupo de jóvenes entusiastas. Hacia 1943 todavía se extendían una patentes de la Hermandad sobre el enterramiento de sus hermanos, abonando en concepto de entrega 5 pesetas y en la que se recoge un lema para recuerdo de todos los hermanos: «Hoy yo, mañana tú».
En 1930 se fusionó con la Hermandad de la Amargura, establecida canónicamente en la iglesia de San Felipe, hasta 1943. En 1947 se nombró Hermano Mayor Honorario a Gerardo Pérez Vázquez.
En 1954, en sesión ordinaria, el Ayuntamiento de Carmona le cedió la Capillita del Cristo de la Sedía, para que allí se colocara su imagen y la conservación y cuidado corriera a cargo de la Hermandad.
En 1997 la Hermandad celebró el cincuentenario de la imagen titular con la aprobación por unanimidad en Cabildo extraordinario celebrado el 20 de Junio de 1997, de una salida extraordinaria del Stmo. Cristo de la Expiración el 12 de octubre de dicho año para rememorar dicha efemérides.
Entre los cultos que celebra la Hermandad destaca la estación de penitencia que realiza a la prioral de Santa María en la noche del Martes Santo, si bien con anterioridad la efectuaba en la tarde del Viernes Santo. Vía Crucis con el Stmo. Cristo de la Expiración. Quinario dedicado a sus sagrados titulares. Misa anual en sufragio de los hermanos difuntos, celebración de la eucaristía el 3 de febrero, festividad de San Blas, donde se besan las reliquias que se conservan del Santo y se reparte arroz con leche, de larga tradición en la Hermandad. Misa en honor a María Santísima del Calvario, así como a San Juan Evangelista el día 27 de diciembre.
A través de un inventario realizado en 1929 por el entonces Hermano Mayor José María Fernández, conocemos la túnica que llevaban los hermanos, tanto delante del paso de Cristo como detrás de él. En el paso de Cristo iban con túnicas blancas con festón negro, capuz de cartón y cíngulo; detrás del paso llevaban túnicas negras y capuz morado de cartón y cíngulo. En 1952 la túnica de los nazarenos sufrió notables modificaciones, quedando compuesta por hábito blanco con botonadura grana, capa blanca con escudo bordado, capuz grana carmesí, con escudo y cíngulo rojo. El escudo de la Hermandad es un óvalo formado por dos ramos florales rematados en su parte superior por una mitra y con tres cruces apoyadas en un monte en el centro.